La jornada de descanso pasó más rápido de lo que era de esperar y todos los participantes aprovecharon para tomarse un respiro, recargar baterías y ultimar sus máquinas para la segunda semana de carrera. El panorama cambia de forma drástica. Volvemos a las pistas rotas y pedregosas, con sol y una temperatura muy agradable, más propia de nuestro verano.
Riyadh, por lo tanto, significa un segundo punto de partida en una semana que va ser emocionante, de gran tensión y en la que los peligros van a acechar hasta el final. La prueba pone a prueba a cada participante y ahora llega el momento de la verdad. La carrera de coches va a ser una lucha entre dos viejos ‘amigos’, Sainz y Loeb, mientras que la de coche está totalmente abierta.
El papel de Nasser Al-Attiyah y de Stéphane Peterhansel y Mattias Ekström puede ser relevante en la pelea, ya que tanto el catarí, con Loeb, y el de los dos pilotos de Audi, con Sainz, será crucial en la lucha por la victoria. Será muy importancia la posición de cada uno en la etapa, sobre todo por el orden de salida, y también para rodar cerca de sus nuevos ‘jefes de fila’ por si necesitan una ayuda por avería o pinchazo.
Lucas Cruz, que acumula dieciocho participaciones en la prueba -once a la derecha de Carlos Sainz- y que cuenta con tres triunfos en su palmarés, indicaba sobre la segunda semana de carrera que “las especiales se mantendrán con la tónica de la primera semana, con zonas con muchas piedras, con una navegación complicada e impredecible. De hecho, los días claves van a ser Alula–Alula y Alula–Yanbu, la 10 y la 11, que se presentan bastante duras y en las que habrá más riesgo de pinchazos y de roturas, ya que las mecánicas ya empezarán a ir justas”.
El copiloto de Carlos, que reside en Caldes de Montbui, apunta también que “a partir de la jornada de descanso habrá bastante navegación, con el recorrido atravesando grandes cañones, con trozos de arena y el ritmo de carrera será alto. Será importante elegir las presiones correctas de los neumáticos, porque si están altas penaliza la velocidad pero si son excesivamente bajas el riesgo de pinchar y desllantar o cortar el neumático es alto. En esta carrera hasta que no pasas la meta puede pasar cualquier cosa y, por lo tanto, hay que mantenerse concentrado y con la menta fría hasta cruzar la meta”, sentenciando que “no podemos regalar nada ni esperamos que nos regalen nada”.