El Juzgado de lo Social número 15 de Barcelona ha estimado el recurso presentado por una empleada en manipulación de alimentos contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y le ha concedido una incapacidad permanente absoluta para cualquier trabajo por sufrir una fibromialgia severa, entre otras patologías como fatiga crónica o ansiedad.
La demandante, de 40 años, trabajaba en 2020 como manipuladora cuando pidió la baja laboral tras ser diagnosticada de fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica severos, con una persistencia del dolor durante años. Así, los informes médicos aportados indican que tenía cansancio extremo, rigidez muscular matutina, insomnio, ansiedad, depresión y dificultades cognitivas.
A inicios de 2022 el INSS ordenó el alta laboral de la demandante y un mes después rechazó su petición de incapacidad. Por eso la trabajadora, representada por el despacho legal Centro Médico Jurídico, recurrió esta decisión ante la justicia que le ha dado la razón. La sentencia destaca que “el conjunto de patologías” que presenta la trabajadora “le suponen una imposibilidad de realizar tareas que requieran carga y descarga de objetos, movimientos continuados de columna o de extremidades superiores”, así como estar muchas horas de pie.
Los informes médicos señalan que la recurrente también tiene “limitaciones para realizar actividades de la vida diaria y que requieran esfuerzos físicos” por los daños que tiene en el hombro y el codo derechos. Además, indican que se agravó su fibromialgia y fatiga crónica y que “se ha puesto de relieve una falta de respuesta a tratamientos a los que se ha sometido“.
A consecuencia de estas enfermedades, la paciente tiene dificultad para levantarse por las mañanas, con sensación crónica de fatiga a leves esfuerzos, mareos, somnolencias por la medicación que recibe para el control de sus patologías y constante dolor generalizado. Además, sufre agotamiento mental y desarrollo de trastornos adaptativos que se manifiestan con episodios de depresión y ansiedad.
De esta forma, los peritos señalan que las enfermedades de la demandante tienen un “carácter crónico e irreversible”, ya que no tienen tratamiento. Por eso, el juzgado estima estos informes y rectifica la decisión del INSS para conceder la incapacidad permanente absoluta a la trabajadora.