Brutal agresión machista en Valencia. Un guardia civil ha sido detenido y encarcelado por propinar una paliza a su mujer, a quien presuntamente intentó estrangular, fracturó varias costillas y dejó hospitalizada con lesiones por todo el cuerpo. El motivo, el de siempre, ella quería poner fin a la relación y su agresor machista no aceptaba la ruptura. En el momento de los hechos, por suerte, el presunto maltratador no tenía su arma reglamentaria en casa, ya que la propia Guardia Civil se la había retirado meses antes al encontrarse de baja por depresión.
Los hechos ocurrieron el pasado martes al mediodía en el domicilio familiar, en el valenciano barrio de Benicalap. Fue la hija mayor de la pareja la que dio la voz de alarma cuando a las tres de la tarde, al regresar de clase, encontró a su madre con la cabeza ensangrentada, la cara llena de golpes y sin apenas poder moverse de las lesiones que presentaba por todo el cuerpo.
Segundos antes la joven, de 23 años, se había cruzado con su padre cuando éste se marchaba de casa. Sus palabras fueron: “Mamá te está esperando”, sin hacer referencia alguna a lo ocurrido y con frialdad absoluta.
La joven alertó a los servicios de emergencia y una ambulancia trasladó a la víctima, de 50 años, a un hospital de la capital del Túria, donde permanece ingresada recuperándose de las múltiples lesiones que presentaba.
La hija mayor de la pareja se encontró a su madre ensangrentada y llena de hematomas por todo el cuerpo
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Antes de ser evacuada, la mujer pudo contarle a duras penas a la policía, que había sido su marido, quien le ha comenzado a golpear cuando le ha dicho que se quería separar. Con su breve testimonio y la descripción dada por la hija de su padre, los agentes de la Policía Nacional iniciaron las pesquisas para tratar de localizar al presunto agresor.
Finalmente se le pudo detener y poner a disposición judicial. Se trata de un hombre de 52 años y nacionalidad española, que además trabaja como guardia civil, aunque en estos momentos estaba de baja por depresión. No consta ninguna denuncia de malos tratos previa.
El agresor tenía el arma reglamentaria retirada
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Tras contactar con Intervención de Armas del Instituto Armado, los investigadores de la UFAM comprobaron que el sospechoso tenía retirada el arma reglamentaria a raíz de la depresión que atravesaba, y que no había constancia de que tuviera ninguna arma de fuego particular.
Una vez estabilizada, los agentes pudieron tomar declaración a la víctima en el hospital donde permanece ingresada. La mujer les relató que la agresión comenzó en la cocina, cuando ella le dijo que quería poner punto y final a la relación.
Un sartenazo en la cabeza
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En ese momento, su marido y padre de las dos hijas que tienen en común, cogió una sartén y le dio un fuerte golpe en la cabeza, que le abrió una brecha sangrante. La mujer asegura que trató también de estrangularla cogiéndola del cuello y que tras soltarla la emprendió a puñetazos y patadas, estando indefensa en el suelo. Tal era la brutalidad que incluso le suplicó que la matara ya para no seguir sufriendo. “Si me tienes que matar, mátame ya”, según consta en diligencias policiales.
Cuando se cansó de pegarle, el presunto agresor limpió la sangre de la cocina y se dispuso a marcharse de la casa, cruzándose a su salida con su hija mayor.
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El arrestado pasó a disposición del Juzgado de Violencia sobre la mujer número cinco de Valencia, que acordó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza. Inicialmente la causa está abierta por un delito de lesiones graves en el ámbito de la violencia contra la mujer, sin perjuicio de posterior calificación.