La política portuguesa está llena de giros imprevistos. Pocos podrían imaginar hace apenas dos años, cuando el Partido Socialista de António Costa logró una histórica mayoría absoluta, que un renacido Luís Montenegro (Oporto, 1973) se convertiría en el ganador de las elecciones anticipadas celebradas el pasado domingo. El actual líder del Partido Social Demócrata (PSD) y candidato de la coalición de centroderecha Alianza Democrática (AD) ni siquiera era el líder de la oposición en ese momento y su nombre había sido relegado a un segundo plano tras ocupar algunos cargos de relevancia dentro de su partido. El ajustado resultado electoral, no obstante, hace prever un Gobierno frágil e inestable ante la negativa del ganador de pactar con la ultraderechista Chega.
Montenegro perdió las primarias del PSD en 2020 frente al entonces líder de la formación, Rui Rio. Una derrota por escaso margen que lo dejó tocado, pero no hundido. Poco más de dos años después y tras la debacle electoral de su partido en 2022, el eterno candidato volvió a la carga para hacerse con el control de una formación que, esta vez sí, le dio un amplio apoyo con el 72% de los votos. En ese momento, Montenegro hizo una llamada a la unidad para lograr plantar cara a un Partido Socialista más fuerte que nunca, algo que no le ha resultado fácil en una formación marcada por las luchas internas.
Ascenso complicado
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Montenegro, abogado de formación, inició su periplo político en la administración local. Fue concejal en el municipio de Espinho, en el norte del país, durante la década de los 90, pero su ascenso fue mucho más difícil de lo previsto. Perdió las elecciones para ocupar la alcaldía hasta en dos ocasiones, en 2001 y en 2005, aunque logró recortar distancias con su rival socialista y allanar el terreno para un cambio de Gobierno en 2009. Él prefirió, sin embargo, dar el salto a la política nacional en 2002 como diputado del Parlamento, donde fue creciendo hasta convertirse en portavoz parlamentario en 2011, tras la victoria del entonces candidato del PSD, Pedro Passos Coelho.
Sus detractores le han asociado durante mucho tiempo a los años de austeridad en Portugal, impuestos por la intervención de la troika, y que provocaron un cambio de rumbo en el país en 2015 con el pacto de la ‘geringonça‘. Su cercanía con Passos Coelho ha servido a la izquierda para volver a agitar el fantasma de la austeridad durante la campaña, pero lejos de amedrentarse, Montenegro invitó al exprimer ministro a uno de sus actos. “Estamos aquí para ayudar a los portugueses a cambiar el país. No necesitamos que se avive el miedo al coco y al lobo feroz”, dijo Passos Coelho en el mitin para responder a los ataques de sus rivales.
Objetivos ambiciosos
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Montenegro ha propuesto bajar los impuestos a los trabajadores y, al mismo tiempo, subir las pensiones y mejorar la calidad de los servicios públicos como la sanidad y la educación. Un objetivo ambicioso que trata de desvincular su imagen a la de los recortes en los años que actuó como portavoz parlamentario. Este discurso le ha valido mejorar ligeramente los resultados de 2022, con cerca de 235.000 votos más, aunque en términos de diputados la mejora ha sido peor de lo previsto: el partido contará con tres diputados más que hace dos años. Algunos de sus críticos le echan en cara su escaso carisma y la poca capacidad para atraer a las masas, incluso en un escenario adverso para el PS, golpeado por los casos de presunta corrupción que obligaron a dimitir a Costa.
Los analistas coinciden en señalar que el gran triunfador de la noche ha sido el líder de la extrema derecha Chega, André Ventura, quien ha sido capaz de aglutinar a una parte importante del electorado de derechas gracias a su discurso directo y a la buena capacidad oratoria. Unos atributos que no caracterizan a Montenegro, pero que no han impedido que sea él el candidato nombrado, con casi toda seguridad, por el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, para formar Gobierno. Su capacidad de resiliencia le ha traído hasta aquí, ahora sólo falta saber hasta dónde es capaz de llevarle.