Con la cara pagaba Xavi. Una cara entre el enfado, la indignación, el disgusto, la decepción y la tristeza. Sin ningún motivo de satisfacción podía valorar el entrenador azulgrana el partido del Barça, donde desperdició la posibilidad de recortar distancias con el Madrid, que había empatado el sábado en Valencia, y de adelantar al Girona, que sucumbió en Mallorca horas antes. “El equipo podía haber dado mucho más, es una oportunidad perdida”, dijo, afectado, Xavi.
Ni ante un Athletic con suplentes (Ernesto Valverde sólo mantuvo a cuatro titulares que batieron al Atlético en la Copa) ni conociendo el frenazo de sus rivales supo expresar el Barça su mejor versión. La que apuntaba en las últimas semanas y que Xavi atribuía al anuncio de su marcha. Con una alineación muy próxima a la ideal, que le quedó destrozada en el primer tiempo con las lesiones de Frenkie de Jong y Pedri, nunca se vio un Barça que pusiera en aprietos al propietario de San Mamés.
“Hoy sí que tenemos que reprocharnos cosas”, reconoció el técnico del mal partido del Barça.
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“No he tenido la sensación de que hayamos podido ganar el partido”, admitió Xavi, reconociendo que el equipo “no atacó bien”. Sí defendió bien, apuntó, pero no era suficiente. Era “un día para dar un puñetazo sobre la mesa” y el Barça se arrugó. Habló primero de “falta de ambición”, término que luego corrigió para hablar de “falta de fe” en la misión que debían cumplir sus hombres para ganar el partido.
Triste y decepcionado se confesó Xavi en la sala de prensa de San Mamés. “Hoy sí que tenemos que reprocharnos cosas”, decía de la incapacidad exhibida por sus hombres de avanzar, de “viajar juntos en el campo con la pelota con calma y paciencia”. Apenas le gustó la verticalidad de Lamine Yamal, suplente por segundo partido consecutivo -“es un adolescente, tenemos que cuidarle, recordó-, y los cambios de orientación que encontraron a João Cancelo, autor del tiro más peligroso del Barça en el primer tiempo.
El empate a cero se repitió en el empate a remates (ocho) y bien dirigidos (dos). “No hemos estado al nivel”, insistía Xavi, que quiso resaltar la virtud del Athletic para cerrar los espacios interior y mantener una presión constante, y la influencia que ejercieron las lesiones de De Jong y Pedri. “No pintan bien”, confesó, preocupado por las “bajas tan importantes” que sufre el Barça en el tramo decisivo de la temporada, con la eliminatoria de la Champions y los próximos partidos de Liga. “Tenemos mucha desgracia, no es una excusa. Es una desgracia tremenda”, subrayó, recordando la sentida ausencia de Gavi, que cayó en diciembre.