No es ningún secreto que a Carlos Sainz le espera un último año difícil en Ferrari. La llamada de Vasseur para comunicarle que Hamilton ocupará su puesto a partir de 2025, pocos días después de renovar a Charles Leclerc, dejó al madrileño en inferiodad incluso antes de comenzar la actual temporada. Pero a veces uno se rebela contra su destino y trata de convertir en oportunidad lo que en un primer momento le pareció un desastre. Las despedidas no tienen por qué ser amargas y Sainz demostró ayer, en la carrera inagural de Bahrein, que si se lo propone puede firmar un adiós espectacular a Maranello.
En la previa del gran premio Carlos supo mantener el tipo incluso al comparecer en rueda de prensa junto a Hamilton. Igual que había hecho días atrás en la presentación del nuevo SF-24. Y en pista de Bahrein vimos a un Sainz desconocido: sólido, ambicioso y sin complejos, que se atrevió a desafiar la jerarquía oculta en Ferrari y adelantó hasta en dos ocasiones a un errático Leclerc.
Le dio a la Scudería su primer podio del año y fue, una vez más, el único capaz de darle la réplica a los Red Bull, como ya hizo en 2023, cuando aprovechó el único momento vulnerable de Verstappen para conquistar la única victoria ajena a Red Bull en Singapur.
“Soy más rápido que los pilotos de delante”, advirtió por radio a su ingeniero. Ferrari no dio instrucciones al respecto y Carlos se lanzó a por Leclerc, al que superó limpiamente. Tras la carrera aseguró que seguirá desafiando a su compañero: “Obviamente, lucharé haré cuando tenga la oportunidad y sea seguro, limpio, cómo ha sido hoy. Los adelantamientos siempre fueron limpios, ordenados y seguros, que es la forma en la que me gusta correr”, dijo.
Sainz es otro y también su monoplaza: “Estoy muy contento, esperaba tener un coche para adelantar y no para defender y en la primera carrera he podido atacar. Sin duda hemos dado un paso adelante comparado el año pasado. Es un buen comienzo de temporada, pero no es suficiente, no es donde queremos estar, queremos más”, señaló, motivado tras subir al podio.
Ferrari y Sainz comparten un mismo objetivo en 2024, pero el madrileño tiene que enforcarse también en sus propios intereses. Como reconoció en Bahrein, cada carrera es un gran “escaparate” donde exhibir su talento y cada éxito puede resultar clave para conseguir el mejor asiento posible en 2025.
De momento, es solo el primer ‘asalto’ de la temporada, su primera KO a Leclerc. Quedan muchas batallas por librar este año, pero está claro que Sainz, liberado de ataturas, puede permitirse ser mucho más beligerante.