El Ayuntamiento de Barcelona da los primeros pasos administrativos para aprobar a finales de 2024 una nueva ordenanza que obligará a bloques nuevos de viviendas a aprovechar las aguas grises, es decir, a reutilizar el agua que se va por el desagüe para otros usos que no requieran que sea potable. Por ejemplo, redireccionar el agua de la ducha hacia la cisterna del inodoro, previo paso por un tratamiento básico. El consistorio ha detallado este viernes que la nueva norma, anunciada en enero, “incluirá toda la obra nueva y grandes rehabilitaciones de más de 16 viviendas”, así como aquellos edificios “que tengan un consumo de más de 500 m³ al año en duchas y bañeras”.
Se trata de una de las medidas estrella anunciadas ante la crisis de sequía que vive Catalunya, que ya obliga a restricciones como minimizar el riego de parques y jardines. Según el consistorio, un hogar promedio de cuatro personas genera unos 200 litros de aguas grises al día y este aprovechamiento de la ducha/bañera al inodoro podría reducir su consumo de agua potable un 30%. Supondría para la ciudad un ahorro potencial de 300.000 m³.
Y es que el gesto cotidiano de tirar de la cadena del váter es un pequeño desastre ecológico. Cada barcelonés gasta de media 35 litros de agua al día en descargas de esta cisterna. Sin embargo, no es viable a la práctica exigir que se aproveche este desperdicio hídrico en todas las casas porque la instalación solo sale a cuenta si beneficia a varios hogares a la vez. Si bien hace un mes el consistorio situó el umbral de la obligatoriedad en conjuntos de “8 o 10 pisos”, ahora lo ha subido a 16 viviendas en base a cálculos de amortización: “La inversión para instalar este sistema de reaprovechamiento es mínima, se recupera rápidamente y permite un ahorro directo de 90 euros al año por vivienda en edificios de 16 viviendas y de hasta 170 euros al año por vivienda en edificios con 50 viviendas”, detalla.
La ordenanza empieza a caminar con la apertura de un proceso participativo, que recopilará aportaciones de usuarios, administraciones, universidades, colegios profesionales, instaladores y promotores de viviendas, entre otros colectivos. La deliberación tendrá lugar en marzo y abril, para luego redactar un texto inicial y llevarlo a negociación política y aprobación.
Ya en funcionamiento en el Besòs
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De hecho, el consistorio ya tiene un edificio público en el Besòs con este sistema de aprovechamiento en uso. Se trata de una promoción de alquiler social del Instituto Municipal de Vivienda, con inquilinos desde hace un año. Dos bloques municipales más, en construcción, incorporan la novedad. Uno está en el barrio de Provençals del Poblenou y el otro, en la Marina del Prat Vermell.