Francia se convertirá probablemente la semana que viene en el primer país europeo en dar un valor constitucional al aborto. El Senado francés ha aprobado este miércoles la inclusión en la Constitución de un artículo sobre la “libertad garantizada” de las mujeres para interrumpir voluntariamente el embarazo. Tras esta votación en la Cámara Alta —con 267 votos a favor y 50 en contra—, la primera reforma constitucional de la presidencia de Emmanuel Macron ha superado su trámite más complejo. Todo apunta a su validación parlamentaria definitiva el próximo 4 de marzo.
Habitualmente con un rol secundario, el Senado ha acaparado este miércoles los focos mediáticos en el país vecino. Los Republicanos (LR, afines al PP) disponen de la mayoría en esa Cámara, elegida con sufragio indirecto. Su presidente, Gérard Larcher, se había opuesto a esta reforma, al considerar que “la Constitución no es un catálogo de derechos sociales y societales”. Pero ante la presión de la opinión pública —el 86% de los franceses respaldan esta modificación de la Carta Magna, según sondeos recientes—, numerosos senadores conservadores y centristas han cambiado de opinión en las últimas semanas. Y su voto ha resultado clave para que avance esta medida, que la Asamblea Nacional ya había aprobado de manera unánime el 30 de enero.
“El primer país en el mundo”
[–>
Para reformar la Constitución francesa, hace falta que la Asamblea y el Senado voten una versión idéntica de esa modificación. Luego, se necesita el respaldo ciudadano en un referéndum o de dos tercios de diputados y senadores. En el caso del aborto, está previsto que ese escrutinio en formato Congreso (diputados y senadores reunidos en un mismo hemiciclo) tenga lugar a principios de la semana que viene en Versalles. A Macron le gustaría promulgar esta medida coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer.
“Ustedes tienen que hacer que Francia sea el primer país en el mundo en garantizar a las mujeres que dispongan libremente de su cuerpo”, ha declarado en el Palacio Bourbon el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti. Ha intentado convencer a los senadores para que votaran la misma versión adoptada en la Cámara Baja: “El proyecto de ley es en el 85% el del Senado”, ha dicho refiriéndose a un proyecto de reforma adoptado en febrero del año pasado. Las instituciones francesas llevan inmersas desde el otoño de 2022 en esta modificación de la Carta Magna sobre el aborto. Pero la Asamblea y el Senado no habían logrado hasta ahora ponerse de acuerdo sobre una misma redacción.
De hecho, se trata de un complejo proceso legislativo impulsado en reacción a la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos en junio de 2022. Ese fallo permitió la ilegalización del aborto en al menos 14 estados norteamericanos. “El objetivo de este texto es que no se pueda prohibir el aborto ni limitar las condiciones de acceso”, ha defendido la senadora ecologista Mélanie Vogel durante un acalorado debate. Los decibelios han subido sobre todo con las intervenciones del ultraderechista Stéphane Ravier.
Reactivación de los discursos antiaborto
[–>
A diferencia del primer texto aprobado por la Asamblea Nacional en noviembre de 2022, la actual reforma no dará un valor constitucional al “derecho” a abortar, sino a la “libertad garantizada”. Este cambio terminológico disminuye la repercusión de la medida, aunque su valor simbólico resulta evidente. “El reconocimiento del derecho al aborto hubiera resultado mucho más exigente para el Estado, que tendría que garantizar los medios para ejercerlo. El concepto libertad es menos protector”, lamentaba hace unas semanas la activista Violaine de Filipis-Abate, portavoz del colectivo Osez le Féminisme!, en declaraciones a EL PERIÓDICO.
En el caso de Francia, la interrupción voluntaria del embarazo fue legalizada en 1975. Actualmente, el conjunto de las formaciones políticas, incluso los partidos ultraderechistas de Marine Le Pen y Éric Zemmour, respaldan este derecho. A pesar de ello, esta reforma constitucional ha reactivado los discursos antiaborto. Y en los últimos días generó controversia un reportaje de la cadena CNews —conocida como la “Fox francesa” por su línea editorial neoconservadora— en que presentaba el aborto como “la primera causa de mortalidad en el mundo”.
“La tendencia mundial es el retroceso en el derecho de las mujeres”, ha lamentado durante el debate en el Senado Nathalie Delattre, del Partido Radical, una centenaria y actualmente modesta formación. “Francia debe posicionarse como el país de las luces”, ha reivindicado esta representante de centroizquierda.