El Govern empieza este miércoles el camino para aprobar los presupuestos catalanes de este año sin tener garantizados los apoyos para sacarlos adelante. Necesita los ocho diputados de los Comuns, que por ahora no garantizan sus votos. Para dar la máxima solemnidad posible al inicio de la tramitación, el president Pere Aragonès ha comparecido desde el Palau de la Generalitat y ha redoblado la presión al partido de Jéssica Albiach para que reconsidere su negativa.
Lo que aleja a los Comuns de las cuentas es que el Govern no quieren frenar el proyecto turístico del casino del Hard Rock, en el Camp de Tarragona. En su comparecencia, Aragonès ha vuelto a defender que no puede hacer nada para paralizarlo -sin exponerse a una multa-, pero ha destacado que las cuentas públicas no incluyen ninguna medida para impulsarlo. “Los presupuestos no ponen ni un euro, ningún acuerdo, ninguna medida para el Hard Rock“, ha defendido.
Así, la intervención del president ha servido para empezar a enseñar las cartas de cual va a ser estrategia para convencer a los Comuns: defender ante la opinión pública que el desacuerdo con el Hard Rock no debería ser un obstáculo para frenar unos presupuestos de la Generalitat expansivos. “Es un presupuesto que no se tendría que sacrificar por otros debates”, ha razonado.
Las cuentas que presentará la Generalitat en público este miércoles son las más expansivas de su historia con un volumen global de 43.600 millones y con un aumento del gasto de 2.400 respecto al ejercicio del 2023. Estas cifras también serán utilizadas para el president para derribar la oposición del partido morado. “No votaremos el proyecto de Hard Rock, votaremos estos presupuestos”, ha resumido.