Joan Delort es el director general de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de la Generalitat de Catalunya, quien hace un repaso a la situación actual que vive el cuerpo de Bombers y ante una posible campaña forestal fuermente marcada por la sequía.
¿Tiene sentido hablar de campaña forestal con la situación actual de sequía y con el cambio climático?
Si lo miras desde una perspectiva científica, cada vez tiene menos sentido. Lo que pasa es que sí lo tiene cuando lo utilizas para comunicar con la misma sociedad y también porque ayuda a documentar determinadas medidas ya sea a nivel operativo o de movilización de recursos. Eso te ayuda.
¿Qué nos espera con este panorama?
Yo distinguiría entre lo que es una situación muy adversa de lo que es la falta de lluvia. El régimen pluviométrico ahora está francamente en retroceso. La sequía tiene dos derivadas, una es la falta de agua. Esta lo es en todo el sistema de embalses, de suministros, etc. Por lo tanto, de agua de boca. Pero también por el agua que en principio debería llegar y no llega a la vegetación. Lo que pasa a continuación es que se deben tomar medidas como la regulación del suministro de agua a la población, a las industrias, al turismo, etc. Además, cada vez tenemos más espacios, y no menores de bosque, con más individuos muertos. Cuando pasas por las Guilleries y el Montseny, ves una imagen que no se había visto nunca. Esto está generando un problema medioambiental y de subsistencia.
¿Qué impacto puede tener en los incendios?
Ante este escenario y los episodios de temperaturas altísimas, hay que tener cuidado, con prudencia. No lo debemos negar sino explicarlo. Las circunstancias son muy adversas, muy. Pero si fuéramos a febrero del año 2023 también lo estábamos pintando muy mal, pero había menos sequía. Ya había problemas de suministrar agua pero no tan graves como los de ahora. También sequía y estrés de la vegetación, pero no era tan grave como ahora. El marzo pasado ya tuvimos incendios forestales de esos que tienes que echar muchos recursos y creíamos que tendríamos una campaña muy mala.
Al final no fue así. ¿Pero cómo lo afrontaron?
Anticipamos los equipos de auxiliares de oficios forestales, les alargamos los contratos de temporada y también adelantamos ciertos medios aéreos y tomamos medidas. Pero el mes de mayo empezó a llover contra todo pronóstico, es decir, empezó a hacer lo que se espera que haga en primavera. También llovió el mes de junio, cosa que no hizo el 2022. Con esto quiero decir que nosotros lo que decimos es que hoy día 16 de febrero -el día de la entrevista- la situación es adversa, pero cuando sepamos exactamente cuándo debemos encender internamente todas las alarmas, incluso para determinados movimientos de emergencia que pudiéramos anticipar más cosas que el año pasado, nos vamos a la primavera quincena de abril.
Si el escenario es como el actual de sequía y falta de lluvia, ¿qué harán?
Si llegamos a la primavera con este estrés hídrico y todo nos dice que lo tendremos muy mal porque mayo caiga agua o abril, entonces querrá decir que con toda probabilidad nos llegue una campaña dura. ¿En los últimos 30 años hemos tenido campañas duras? Sí. ¿Dónde está el elemento cualitativo diferenciado? En qué nos puede acabar llegando una temporada dura donde no llueva sobre mojado, y no queme sobre quemado sino sobre seco y sobre muerto. Entonces esto nos lleva a dos elementos. Uno tiene dos factores que inciden: la velocidad de propagación y la intensidad. Es decir cuanta energía potencial está desplegando este incendio.
¿Cómo se lucha contra eso?
Esto sí que es un hecho que hoy día podemos decir que los Bomberos de la Generalitat tienen más que bien estudiado, pero no por estudiado quiere decir resuelto. Esto es lo que ayuda a determinar las acciones, estrategias y maniobras que deben llevar a cabo o precisamente lo que no se debe hacer. Yo les tengo dicho que, primero de todo, no queremos ningún bombero con un resultado indeseado, correr riesgos y protección de la población. Somos un país con mucho bosque y como hay muchas viviendas en urbanizaciones rodeadas de bosque, te puedes encontrar lo que en otros países muy desarrollados del primer mundo está pasando últimamente, que hay casas que se van. Porque la capacidad de defensa no la tienes, les queda superada por determinado tipo de incendios.
¿Esto es posible que pase?
Este sería el peor de los escenarios, sería la gran bestia negra de cualquier organización o sistema de bomberos de extinción. ¿Significa que la podemos tener? No. Pero debemos estar preparados porque llegado el caso y las circunstancias estas no mejoren no nos pase.
Si se declarase un gran incendio, ahora mismo habría suficiente agua?
Hay contención y prudencia. Con datos objetivos hoy en día en cuanto a las cuencas internas, los aviones pequeños (AVA) solo pueden cargar agua en el embalse de Sant Ponç y en el Estany de Banyoles. El resto significa que deben ir a superficie de hormigón, aterrizar y cargar agua. En la zona de la cuenca del Ebro hay agua suficiente, en cambio. Todo esto significa que los hidroaviones pequeños, entre que llegan, cargan y se van, deben hacer desplazamientos más largos. Otro de los problemas que intuimos que nos podemos encontrar, los tenemos identificados, pero con el estado del día 15 de febrero, el día 15 de mayo no sabremos si será así, es que buena parte de los cientos de balsas y depósitos que hay desplegados como país están en capacidades de entre el 40 y 60%. Esto significa que quizás uno lo tienes con el 80% y otro con el 20%. Representa que el bambi, lo que cuelga de los helicópteros, no carga nada porque no hay suficiente agua.
¿Los camiones también pueden tener problemas?
Podría ser que en grandes incendios donde las bombas pensadas cargan 300 litros podamos tener problemas. No en el sentido de una disponibilidad inmediata del agua sino que tengamos que hacer trayectos más largos. También debemos decir que como hemos incorporado bombas nodrizas de 10 toneladas, pero el agua tendrá que salir de algún lugar.
¿No pueden utilizarla del mar?
Nosotros no podemos coger agua de mar. Cuando cargas el camión, el agua no puede estar contaminada, no puede tener según qué dentro, etc. Porque igual que estás tirando agua a la vegetación que no quieres matar también, puedes tener que ir a un incendio de vivienda. Todo esto son handicaps hoy en día y habrá que ver cómo evolucionan los próximos meses.
¿Lo peor que puede pasar es la simultaneidad de forestales?
Sí. Es lo que nos pasó en el 2022 y, aún así, sobrevivimos. Si ahora hubiera un gran incendio lo tendríamos complicado porque no estamos aún en campaña y muchos de los recursos aún no disponibles. No es previsible. Durante todo un año hay muchos incendios. Por ejemplo el año pasado hubo 2.248 de vegetación agrícola y 1.500 forestales en toda Cataluña. Es decir, ya hay incendios todo el año pero lo que pasa es que los que pueden ser grandes son los que dices cuenta porque pueden generar daños.
¿Funciona la colaboración con los bomberos franceses?
Hay mucha cooperación entre bomberos, siempre. Afortunadamente, los bomberos en tanto que profesionales tienen una facilidad para hablar, acordar y decidir cuando la cosa va mal. También es verdad que se ha trabajado durante mucho tiempo con las autoridades del departamento 6 francés, el que tiene la sede en Perpiñán-Marsella, entre autoridades y mandos de bomberos. Pero también por una razón muy evidente, un incendio forestal no entiende de fronteras. Uno de los fuegos que hubo en el 2023 empezó en Francia y al cabo de un momento ya nos llamaban para avisar que iba hacia el sur. Unidades nuestras entraron en territorio francés y también ha pasado al revés. Incluso se han hecho algunas acciones para que los utillajes sean compatibles porque ellos trabajan con unos grosores de diámetro de mangueras diferentes de los nuestros y con esta compra se permite que un vehículo francés esté al lado de uno catalán.
¿Se están cumpliendo los acuerdos que se alcanzaron con los bomberos voluntarios?
Estamos cumpliendo el itinerario de los compromisos que se adoptaron en el Consejo de Bomberos Voluntarios. Por lo tanto, todos estos se están llevando a cabo en tiempo y forma. Se dijo que se impulsaría una modificación del reglamento, que se está haciendo y modificarlo son meses y hay una comisión para hacerlo. Quiere decir que quizás en noviembre lo tenemos hecho una vez esté consensuado. También se acordó la licitación de un seguro sanitario para que los atienda en caso de accidente. Estamos cerrando los pliegos y se publicarán o a finales de este mes o la primera semana de la otra.
¿Por qué no consideran una posible laborización de los voluntarios?
No creemos. Además, ¿quién es bombero voluntario? Hay algunos, que ya son funcionarios públicos o trabajadores laborales como de ayuntamientos o la Generalitat. ¿Todos estos piden la laborización? No. Hay otros que tienen su trabajo y que no lo quieren y otros que sí porque lo ven como una salida laboral y más si lograran que fuera a tiempo parcial. El problema de todo esto es que si quieres profesionalizarlos, te encuentras que legalmente no se puede. Hay sentencias incluso del Supremo que dicen que cuando una administración pública para prestar un servicio por el cual tiene la responsabilidad ha creado un cuerpo de funcionarios para llevarlo a cabo como es el caso, en ningún caso puede crear o adjudicar la prestación de estas funciones a otro tipo de organismo o incluso externalizarlo. Para ser funcionarios, los mismos juristas dicen que no puede ser sino que hay que presentarse a un proceso de funcionarización, es decir a unas oposiciones. Estamos haciendo cada año.
¿Tiene miedo de que vuelvan a cerrar parques como protesta?
Espero que no y que se imponga un cierto sentido de madurez. Pero de la misma manera que se está cumpliendo punto por punto todo el itinerario de compromisos es cierto que hay quien sigue diciendo que no estamos haciendo nada. Al final no deja de ser un tema de confianza. Además, hay otra oportunidad que es que el Parlamento decidió constituir en el seno de la comisión de Interior, una comisión de estudio de los bomberos voluntarios que ojalá ya se hubiera puesto en marcha.
Cada vez hay más bomberas. ¿Funcionan las campañas para motivar la entrada de las mujeres al cuerpo?
Por supuesto. Mira, en 2021 había poco más de 50 mujeres y con las convocatorias han entrado más y hoy ya son 84. Esta semana hemos aprobado y publicado la lista provisional de méritos de la convocatoria que era de 240 personas, en la lista hay 94 mujeres. Quiere decir que cuando se incorporen a parques en prácticas en enero del 2025 habremos doblado y un poco más el número de mujeres. Ahora de las 300 plazas convocadas para el año que viene, solo que entraran 100, esto supondría que en cuatro años habríamos hecho un salto hasta 300. Hay un antes y un después. Además, los servicios públicos tenemos una doble responsabilidad: tenemos que velar por esta circunstancia y además, debemos espolearlo.
Usted está siendo investigado en el “caso Bomberos” sobre las presuntas irregularidades en la contratación del mantenimiento de los vehículos de la Dirección General de Prevención y Extinción de Incendios. ¿Ha habido alguna novedad desde que declaró en 2022?
Todavía estoy siendo investigado. Y no sabemos nada más. Sé que lo estoy porque nos lo notificaron el 23 de diciembre de 2021 y el motivo era porque en ese momento se estaba realizando otra licitación de mantenimiento y se citaba a la persona que encabezaba la Dirección General. Lo que puedo decir es que en ese momento, en mayo de 2021, nunca se habría debido judicializar. En todo caso, antes se habría debido resolver la problemática inherente a la contratación, al mantenimiento de los vehículos, etc. Porque es algo que he podido constatar y que le dije a la jueza cuando me citó el 23 de junio de 2022. Ella me preguntó si sabía que esto se hacía así desde hace 10 años y le dije que “no, no, desde 1999 y siempre ha sido igual”.
¿Entonces por qué no se había solucionado?
Han pasado gobiernos, ‘consellers’, jefes del cuerpo, secretarios y naturalmente, cuando la cosa siempre ha ido así de manera recurrente significa que hay algún problema. No significa que sea inherente a las personas ni que sean un montón de anarquistas. Sino que yo digo “escuchen, que alguien se calce las botas, se ponga un peto y se ensucie y que mire qué pasa”. Igual tal vez era un proceso de procedimiento, de falta de recursos, gestión, etc. Personalmente no me preocupa, pero fue una bomba nuclear dentro de la Dirección General, dañó y dejó a mucha gente tocada. En mi caso estoy ahí y no tendrá trascendencia judicial, pero debes brindar apoyo a tu propia gente.
¿El caso ha dañado la imagen de los bomberos?
No a la imagen quizás, pero personalmente sí porque ha dañado a personas, con nombres y apellidos. ¿Son muchos? No. Pero ha hecho daño y significa que este mal personal ha causado un mal organizativo.