Editorial | Barcelona needs budgets

Collboni, during his appearance on the budgets, on Wednesday at the Saló de Cent. / TONI SUST

Una capital como Barcelona, cuyo gasto se acerca a los 3.000 millones de euros, no puede vivir sin presupuesto. Están en juego demasiadas cosas y los grupos municipales deberían guiarse más por el interés de la ciudad que por los vaivenes partidistas. La dilatación de un pacto estable de gobierno, alentada por el contexto de la política catalana y española, no puede comportar que los presupuestos se prolonguen porque fueron aprobados en otro contexto económico y político. Collboni ha querido romper esta dinámica y se encamina a utilizar un comodín del que ya echaron mano Xavier Trias y Ada Colau pero al que solo podrá acudir en dos ocasiones durante la legislatura: presentar una cuestión de confianza vinculada a la aprobación de las cuentas, que aunque pierda quedarán convalidadas si al cabo de 30 días no aparece (y es inviable que eso suceda) una mayoría alternativa.

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