El euríbor, el índice al que están ligadas 3,7 millones de las cinco millones de hipotecas de España, apunta a cerrar enero en el 3,611% de media, desde el 3,679% de diciembre. A falta del último dato diario del mes, ello implica que registró su tercera caída intermensual consecutiva desde el máximo del 4,16% que alcanzó en octubre. Los créditos con revisión anual que utilicen como referencia el dato de enero (normalmente los que actualizan las cuotas en marzo) van a registrar la subida más suave desde la que experimentaron los que usaron el euríbor de marzo de 2022, mientras que las hipotecas que tengan revisión semestral disfrutarán de la segunda bajada de cuotas consecutiva.
El euríbor, así, continúa con el descenso que inició a finales del año pasado ante la expectativa del mercado de que el Banco Central Europeo (BCE) se vea obligado a adelantar el recorte de los tipos de interés oficiales, debido al fuerte debilitamiento de la economía de la zona euro que ha venido parejo a una reducción de la inflación más rápida de la que se esperaba. La autoridad monetaria viene advirtiendo de que los inversores están sobrestimando tanto la cercanía de ese inicio del ciclo de abaratamiento del dinero como su intensidad. Pero de momento el euríbor -que mide el tipo medio al que los bancos se prestan entre sí- no se ha hecho eco de esas advertencias.
Subidas y bajadas
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Eso sí, las cuotas con revisión anual subirán menos, pero seguirán subiendo, al menos a corto plazo. En una hipoteca de 150.000 euros a 24 años con un tipo de euríbor más 1% que tenga como referencia el dato de enero, la cuota mensual pasará de 839 a 862 euros, es decir, 23 euros más al mes y 276 euros más al año. Para un crédito de 300.000 euros con las mismas características, el alza será de 1.678 a 1.724 euros, lo que supone 46 euros más al mes y 552 euros más al año. En cambio, para los de revisión semestral, habrá una bajada de 908 a 862 euros y de 1.816 a 1.724 euros en las dos hipotecas usadas como ejemplo.
Los hipotecados, además, sufrirán un golpe más suave o un pequeño alivio, pero en ambos casos se producirá respecto al mazazo es sus finanzas domésticas que han encajado en los últimos dos años. Las cuotas del crédito de 150.000 euros usado como referencia se revisaron con el dato de enero de 2022 a 554 euros (revisión anual) y 552 euros (revisión semestral). En dos ejercicios, habrá subido en 308 y 310 euros mensuales, respectivamente. Es decir, que serán un 55% más caras.
Moderación
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Las cuotas suben si el euríbor está más alto que un año o seis meses antes en el mes que sirve de referencia para revisar el crédito, y bajan en el caso contrario. La razón de que las subidas de las cuotas hayan empezado a moderarse o bajar es, precisamente, que los nuevos niveles del euríbor se están comparando con los de la primera parte de 2023, similares o incluso menores que los actuales. Así, el euríbor arrancó el año pasado en el 3,337%, llegó a alcanzar el 4,16% en octubre y luego bajó hasta el 3,679% en diciembre.
Respecto a enero del año pasado, la diferencia internanual que sirve de referencia para las hipotecas con revisión anual será ahora de 0,274 puntos, la menor desde marzo de 2022. Para los créditos de referencia semestral, el descenso respecto al euríbor del pasado julio será de 0,538 puntos. Por ponerlo en perspectiva, las diferencias interanuales llegaron a un máximo de 3,884 puntos el pasado marzo.
Pendientes del BCE
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Los principales servicios de estudios que publican previsiones del euríbor estiman que el índice continuará bajando en los próximos meses. Bankinter prevé que descienda hasta el 3,25% el próximo diciembre y el 2,75% a finales de 2025. CaixaBank, por su parte, lo estima en el 3,06% y en el 2,45%, respectivamente. Y Funcas lo ve reduciéndose al 3,27% de media del cuarto trimestre de 2024. De ser así, las cuotas de las hipotecas de revisión anual podrían comenzar a bajar en los próximos meses.
Todo ello, eso sí, depende de lo que haga para combatir la inflación el BCE con los tipos de referencia, cuyos movimientos el euríbor trata de anticipar. Su presidenta, Christine Lagarde, fijó hace unos días un plazo -el verano- para la posible primera bajada de los tipos de interés de la zona euro tras la crisis inflacionista de los últimos dos años. Es decir, más tarde de lo que espera el mercado (primavera). Y además, con matices: no se trata de un compromiso, es solo “probable”, y dependerá de que no se produzcan sorpresas negativas en la senda a la baja de la inflación por factores como los salarios, los márgenes empresariales, los precios de la energía y las cadenas de suministro mundiales.