El Barça arrancaba 2024 con un claro objetivo: terminar, cuanto antes, con las malas sensaciones con las que se había cerrado diciembre, un mes cargado de derrotas, las dos últimas, especialmente dolorosas, por más de 20 puntos de diferencia, ante Unicaja y Mónaco.
El equipo había descarrilado y evaporado prácticamente todas las rentas clasificatorias que le hacían no perder la estela ante el Real Madrid, líder intratable, y con tan solo dos tropiezos en los primeros tres meses y medio de temporada.
El Palau, clave en la reacción del Barça
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El conjunto de Chus Mateo iba a ser el primer contrincante para el Barça en este mes de enero. Un duelo de lo más exigente, pero con una gran ventaja para los azulgranas: jugar en el Palau, ante la afición. El apoyo del público cobraba mayor importancia para tratar de romper una dinámica negativa, tanto de juego, como de resultados. Y lo cierto es que no se entiende la reacción del Barça sin la fuerza del Palau.
La ‘zona de confort’ de Grimau y sus jugadores
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El equipo encuentra en el feudo azulgrana su zona de confort, un fortín prácticamente inexpugnable en el que tan solo Olimpia Milano y Baxi Manresa han sido capaces de llevarse la victoria en lo que va de temporada, y en tan solo dos días de diferencia (13 y 15 de diciembre), en uno de los momentos más críticos del equipo esta campaña.
Todas las victorias de enero en casa
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En este mes de enero, victoria en el clásico de Euroliga por 83-78, ante Baskonia también en partido europeo por 89-85, la sufrida victoria ante Obradoiro por 92-90 con el palmeo ganador de Joel Parra, y los dos triunfos convincentes, de nuevo en Euroliga, ante Olympiacos (86-78) y Zalgiris (91-73). El sexto y por el momento definitivo, el sufrido más de la cuenta ante el colista, un Palencia que dio guerra y vendió muy cara su piel al caer por 102-94.
Una buena racha ensuciada como visitantes en Europa
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Seis partidos y seis triunfos que sirven para recuperar el tono en la clasificación, pero que quedan empañados por las derrotas dolorosas tanto en Estambul ante el Anadolu Efes (98-74) y en Milán ante Emporio Armani (74-70), dos equipos con dos realidades muy diferentes a la del Barça y que no han permitido ampliar la ventaja respecto al resto de perseguidores de la segunda posición.
La Virtus, el último rival del Barça
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El objetivo está prácticamente cumplido, pero todavía queda un último desafío: este próximo miércoles, Grimau y sus jugadores reciben a la Virtus, contra quien ya perdieron en Bolonia por 80-75, y que está siendo una de las grandes revelaciones de la temporada en Euroliga. Empatados con el mismo balance de victorias y derrotas (15-8), el objetivo es triple: lograr una victoria que sirva para ampliar la diferencia en la tabla, tratar de recuperar el ‘average’.