Un Inter muy práctico, con dos fogonazos y un buen inicio de segunda mitad, encadenó su séptimo partido sin perder para salir victorioso del Gewiss Stadium y consolidarse en el liderato, aventajando en cinco puntos a una Juventus que deberá ganar mañana para recortar distancias.
[–>Las presiones altas se impusieron en la primera mitad, con dos equipos que intentaron instalarse en campo rival a partir de su trabajo sin balón más que con la posesión. Poco a poco fue el Atalanta quien lo logró, pero con pocas oportunidades. La mejor la tuvo en las botas de Ruggeri, pero falló en el remate.
La acción que desatascó el partido llegaría pasada la media hora. Inzaghi tuvo que sustituir a Pavard por una lesión en la rodilla, y entró en su lugar Matteo Darmian. El primer balón que tocó el defensor italiano fue trascendental. Se anticipó a la salida de Musso y forzó un penalti que transformó Calhanoglu. A renglón seguido, el mismo jugador turco tuvo el segundo, pero esta vez Musso sí estuvo acertado.
En el inicio de la segunda mitad sí mejoró el Inter, pero poco duró. Lo suficiente, eso sí, para encarrilar el encuentro. Dimarco avisaba de las energias renovadas con las que salía su equipo con un disparo que se marchó desviado, y Lautaro marcó con la testa un gol anulado por un ajustado fuera de juego. No perdonó a la segunda el delantero argentino, en una acción brillante por la izquierda, orientándose hacia dentro y golpeando con rosca al segundo poste.
Poco le duró la tranquilidad a la afición interista. A los tres minutos del tanto de Lautaro, respondió el Atalanta. Lookman le robó la cartera a Dimarco, en una acción muy protestada por los de Inzaghi, y asistió a Scamacca para batir a Sommer.
El tanto metió en el partido a la Dea, y los locales estuvieron a punto de empatar el encuentro. Lookman hizo intervenir a Sommer, y Scamacca obligó también al suizo a lucirse. El disparo abajo del delantero italiano tenía gran peligro, pero Sommer intervinó con una exhibición de reflejos felinos.
En los últimos minutos, la insistiencia del Atalanta pudo tener premio, pero la cantidad innumerable de balones enviados al área no fue suficiente para que nadie la embocara a dentro de la portería y evitara la victoria del Inter.