Thousands of people shout that ‘it’s over’ on 8-M amid the noise due to the political anger

Los gritos de “se acabó” se escucharon más alto que el ruido generado por la bronca política que ha salpicado toda la jornada del Día de la Mujer. Hasta 28.000 personas, según la Delegación de Gobierno, y 500.000, según las organizadoras, han participado en la marcha convocada por la Comisión 8M, donde se alzó la voz -y mucho- para pedir el fin de las violencias hacia las mujeres, pero también el del “genocidio en Gaza”, el de las brechas de género, el de los impedimentos para poder abortar, o el de tener que ser la que hace siempre la cena en casa. Montones de mujeres, pero también de niñas y niños y hombres de todas las edades, corearon por los derechos de todas: las migrantes, las mujeres trans, las que sufren la guerra, las que cobran las pensiones más bajas o las que tienen discapacidad. También por las que pasan por situaciones de acoso. “Solo quiero un piquito en una tapa de ensaladilla“, rezaba una pancarta, en alusión a aquel beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, en la celebración del Mundial, que desembocó en el lema de este año.

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