Does a body have a body? | By Joan Tapia

The succession of Nadia Calvino In the economic vice presidency it was not an easy subject. Sánchez made it last, but in the end he chose as minister a competent and experienced economist who was general secretary of the Treasury with Calviño. But Carlos Body is not vice president and is subject to the vice president of the area and vice general secretary of the PSOE, Maria Jesus Montero and, in a certain way, to two other vice presidents with personality and strong political color: Teresa Rivera (climate change) and Yolanda Diaz (social affairs and leader of Sumar). Would Corps have the strength to maintain and carry out its projects? And without an economic minister with authority, every Government loses credibility with Spanish and international economic agents. And before Brussels.

On Saturday, in an interview with EL PERIÓDICO, Corpus cautiously showed its own criteria. He defended without demagogy the bank tax taking advantage of the fact that in 2023 the big five earned 26,000 million, 27% more. And then praised the management of Hernández de Cos, the very independent governor of the Bank of Spain. I interpret it to be a message of respect for institutions, of rejection of its politicization and of harmony with Brussels.

Por otra parte –sin oponerse frontalmente– tomó distancias de Yolanda Díaz que, quizás abrumada por su pugna con Podemos y sus expectativas en las elecciones gallegas, ha generado inquietud y preocupación en el mundo económico. Sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, donde Díaz muestra tanta prisa como pocas ganas de negociar, dijo que hay que abordarla «con flexibilidad y confiando y apoyándose en los empresarios y trabajadores que saben mejor como ir ajustándose a este gran objetivo». O sea con UGT y CCOO, pero también la CEOE. Y al día siguiente en ‘El País’ afirmó que tenemos un sector empresarial muy atomizado y que «a mayor tamaño de empresas más acceso a los mercados exteriores y mejores salarios con puestos de trabajo de más calidad». Está bien, ¿pero la repetida descalificación de importantes empresarios por parte de ministros del Gobierno, no solo de la órbita de Sumar o Podemos, es lo más adecuado para generar confianza y que las empresas crezcan? 

Y respecto a limitar los ingresos de los grandes directivos –asunto muy llamativo y escandaloso que se presta a todas las simplificaciones–, en la entrevista a este diario dejó claro que prefería no poner límites legales. Con muchas empresas –incluso las españolas– con actividades en todo el mundo es casi imposible separarse de los modelos europeos, donde el IRPF es el principal elemento de redistribución. Pero en España el IRPF tiene mucha progresividad a partir de salarios muy medios y luego se estanca bruscamente. Hasta hace dos años en los 100.000 euros. Incluso ahora, ¿es justo que la tarifa bastante elevada, del 45%, sea la misma para los que ingresan 60.000 o 300.000 euros? Son rentas y capacidades de compra muy distintas. ¿Y que luego ya no suba a partir de los 300.000?

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