El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido cerrar una de cada cuatro duchas en los vestuarios de las instalaciones deportivas municipales, dentro de las restricciones para adaptarse a la declaración de emergencia por la sequía que la Generalitat ha decretado en las poblaciones abastecidas por los embalses del sistema Ter-Llobregat. Asimismo, el protocolo acordado por el gobierno del alcalde Jaume Collboni incluye la prohibición de que los equipos federados se duchen tras los entrenos.
“Solo se podrán utilizar las duchas después de los partidos“, rezan las medidas dictadas por el consistorio. También promoverá mediante una campaña que los deportistas y quienes acuden a ejercitarse en los polideportivos públicos de la capital no se duchen más de tres minutos.
A su vez, el Ayuntamiento reduce el filtraje del agua de las piscinas “al mínimo indispensable para garantizar la normativa“. Por otro lado, el consistorio monitorizará los “consumos de agua de cada instalación”. Con el control, pretende “hacer un seguimiento exhaustivo de la efectividad y el cumplimiento de las medidas de ahorro”.
El Ayuntamiento se compromete a sustituir los grifos para lavarse las manos que carecen de un pulsador temporizado. Lo hará “de forma progresiva“, dice. También instalará aireadores en las duchas y grifos de forma paulatina.
Limpieza con agua freática
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Por otro lado, la limpieza de calles de Barcelona con la llegada de la emergencia por sequía “se mantiene con uso exclusivo de agua freática no potable” para calles, alcantarillado, pavimentos y fachadas, entre otros. Se han fletado 28 camiones nodriza que nutren de agua freática a “vehículos más pequeños” y “con más capacidad de movilidad sobre el terreno”. Los camiones cuba se reparten por la ciudad en tres turnos de trabajo.
Aparte, las fuentes ornamentales, los lagos artificiales y otras figuras decorativas seguirán vacías. Se exceptúan “los refugios de fauna en peligro de extinción o destinados a la recuperación de especies autóctonas”.
El Ayuntamiento calcula que gasta el 5% del agua que se emplea en la ciudad. El 26% corresponde a comercios e industria y el 69% se gasta en las viviendas. Destaca que el consumo medio en la urbe fue de 172 litros de agua por habitante y día en la dotación en alta -que incluye usos domésticos, comerciales, industriales y servicios municipales- y 99 litros por habitante y día de gasto en los domicilios.