“En un día histórico, con una participación récord de socios y socias (con 17.090 sufragios, 45,74% del padrón habilitado), Racing Sueña, con el trinomio Diego Milito-Hernán Lacunza-Martín Ferré, se impuso en las elecciones presidenciales a Racing Gana y Avanza (Christian Devia-Víctor Blanco-Alfredo Chiodini)”. Con este comunicado, Racing Club de Avellaneda informó a la opinión pública que el Príncipe volvía a casa.
Identificado hasta la médula con los colores albicelestes, contrario al rojo que siempre representó su hermano Gabriel, el exfutbolista de 45 años llega así al poder en el club de sus amores. La elección, directamente, se la ganó a la fórmula de Víctor Blanco, mandatario hasta la fecha de la ‘Academia’.
VENCIÓ A VÍCTOR BLANCO
La reciente conquista de la Copa Sudamericana, venciendo en la gran final a Cruzeiro en Paraguay, había potenciado las opciones de la fórmula de Racing Gana y Avanza, banderas que portaba el ya expresidente, cargo que ostentó desde 2013.
“Agradezco a la gente que me puso en este lugar y me permitió concretar un sueño enorme. Haber sido elegido significa un honor, un compromiso y una responsabilidad para construir el club que soñamos. A ellos, a los que me acompañaron en los equipos de trabajo, a los fiscales y a los que tomaron parte en un acto ejemplar, les estoy agradecido por siempre. Ya mismo nos vamos a poner a trabajar para resolver las prioridades más urgentes”, comentó Milito, visiblemente emocionado, a las redes del club.
LEYENDA DE LA ENTIDAD
Poco hay que argumentar para entender que Diego Milito es un mito de la entidad académica. Fue campeón dos veces de Argentina con el club, viviendo su primera etapa antes de dar el salto a Europa y volviendo sobre el final de su carrera para levantar su última corona. Y tampoco le fue mal su periplo internacional, siendo también muy querido en Genoa (60 goles en 94 partidos), Real Zaragoza (59 goles en 126 partidos) o Inter de Milán (75 goles en 171 partidos), donde conquistó el triplete de Serie A, Coppa Italia y Champions League.
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Ahora, de vuelta a su terruño, Milito será lo que Juan Román Riquelme representa actualmente para Boca Juniors: un ídolo absoluto llevando las riendas de la institución. Esperan en el Cilindro que, no obstante, su suerte sea mejor a la de los xeneizes. El objetivo, tras la Sudamericana, será la Copa Libertadores, acompañando a la única que tienen de su conquista en 1967.