Hace entre 5 y 6 millones de años, el mar Mediterráneo quedó separado del Atlántico al cerrarse el Estrecho de Gribraltar, lo cual acabaría provocando la desecación casi total del mar, dejando solo unos pocos lagos hipersalinos similares al actual mar Muerto.
El llamado ‘gigante’ de sal del Mediterráneo es una capa de sal de un kilómetro de espesor que se encuentra debajo del mar Mediterráneo y que se descubrió por primera vez a principios de la década de 1970. Se formó hace unos 5,5 millones de años cuando el Mediterráneo quedó incomunicado del Atlántico durante la llamada ‘crisis de salinidad del Messiniense’. De este modo, la cuenca mediterránea acabó evaporándose y secándose casi por completo.
Un equipo internacional de 29 investigadores, entre ellos, varios españoles, y dirigido por Konstantina Agiadi de la Universidad de Viena (Austria), ha podido cuantificar lo que este hecho supuso para la riqueza biológica que había entonces en el mar Mediterráneo y también ha documentado la recuperación posterior de dicha biodiversidad. El estudio se ha publicado en la revista Science.
Solo el 11% de las especies sobrevivió
Después de varias décadas de minuciosa investigación sobre fósiles que datan de entre 12 y 3,6 millones de años, encontrados en los países del Mediterráneo, tanto en tierra firma como en el mar, el equipo descubrió que casi el 67% de las especies marinas existentes en este mar después de esta crisis de salinidad del Messiniense eran diferentes a las que había antes de que se produjera dicho evento catastrófico.
De hecho, de las 779 especies endémicas que había en el Mediterráneo, solo 86 sobrevivieron al enorme cambio que supuso para sus condiciones de vida la total separación con el Atlántico.
El cambio ocurrido en las ‘puertas de entrada’ del Mediterráneo, que dio lugar a la formación del citado gigante de sal, provocó fluctuaciones abruptas de salinidad y temperatura, pero también modificó las vías de migración de los organismos marinos, así como el flujo de larvas y plancton, y alteró procesos básicos del ecosistema.
Debido a estos cambios, una gran proporción de las especies que habitaban el Mediterráneo en aquella época, como los corales formadores de arrecifes tropicales, se extinguieron. Tras la posterior reconexión con el Atlántico y la invasión de nuevas especies, como el gran tiburón blanco y los delfines oceánicos, la biodiversidad marina mediterránea recobró un nuevo ímpetu, con un número de especies que disminuía de oeste a este, tal y como ocurre hoy en día.
La recuperación tardó más de lo esperado
Dado que los mares periféricos como el Mediterráneo son importantes puntos de biodiversidad, los científicos ya suponían que la formación de gigantes de sal a lo largo de la historia geológica tuvo un gran impacto, pero no se había cuantificado hasta ahora.
“Nuestro estudio constituye el primer análisis estadístico de esta crisis ecológica tan importante”, explica Konstantina Agiadi, del Departamento de Geología. Además, también cuantifica por primera vez los plazos de recuperación que fueron necesarios tras una crisis medioambiental marina, una recuperación que ha resultado ser mucho más larga de lo esperado: “La biodiversidad en términos de número de especies sólo se recuperó después de más de 1,7 millones de años“, afirma la geocientífica.
Los métodos utilizados en el estudio también incluyen un modelo que relaciona la tectónica de placas, el nacimiento y la muerte de los océanos, la sal y la vida marina. Este modelo, según los autores, podría aplicarse a otras regiones del mundo.
“Los resultados abren un montón de nuevas preguntas apasionantes”, afirma Daniel García-Castellanos, de Geosciences Barcelona (CSIC), autor principal de este estudio: “¿Cómo y dónde sobrevivió el 11% de las especies a la salinización del Mediterráneo? ¿Cómo cambiaron los ecosistemas y el sistema terrestre las formaciones de sal anteriores, de mayor tamaño?”, se pregunta.
Estas cuestiones serán objeto de investigación, por ejemplo, en el marco de la nueva Red de Acción ‘SaltAges’, que comienza en octubre y en la que se invita a los investigadores a explorar los impactos sociales, biológicos y climáticos de las edades de sal.
Estudio de referencia: https://www.science.org/doi/10.1126/science.adp3703
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