España destaca entre los países con un alto consumo de alcohol, con una media de 11 litros diarios, lo que plantea la reflexión sobre la normalización del consumo de bebidas alcohólicas. Aunque muchos defienden los beneficios de una copa diaria de vino para la salud, la ciencia no respalda esta afirmación. Aunque el vino contiene antioxidantes, los riesgos asociados con el alcohol, como el aumento del riesgo de cáncer y enfermedades hepáticas, pueden superar los posibles beneficios.
Estudios sobre el consumo moderado de alcohol y su relación con la salud cardiovascular han generado dudas, y organizaciones como la Comisión Europea y la Federación Mundial del Corazón cuestionan la idea de que el alcohol, incluso en pequeñas cantidades, sea beneficioso. Especialistas en endocrinología y nutrición advierten que no hay un nivel seguro de consumo de alcohol y que incluso pequeñas cantidades pueden aumentar el riesgo de diversas enfermedades.
A pesar de los antioxidantes presentes en el vino tinto, estos pueden obtenerse de fuentes sin alcohol, como las uvas, evitando así los efectos negativos del alcohol. Las recomendaciones de consumo de alcohol en España, diferenciadas por género, podrían ser revisadas, siguiendo la tendencia de otros países como Canadá. Sin embargo, es esencial tener en cuenta que los estudios sobre las cantidades de alcohol y sus efectos en la salud se basan en observaciones, y se necesitan más investigaciones para conclusiones definitivas.
Con hasta un 20% de la población española excediendo las cantidades recomendadas, el consumo regular de alcohol se relaciona directamente con el 4% de las muertes en el país, además de su papel como factor indirecto en diversos riesgos como suicidios, accidentes cerebrovasculares y accidentes de tráfico. Un llamado a la reflexión sobre los hábitos de consumo y la necesidad de abordar de manera consciente los riesgos asociados con el alcohol en España.