„Meine Damen und Herren, wir schweben im Raum“, die obra magna de Spiritualized, va a cumplir 25 años en breve. ‚Everything Was Beautiful‘, die letzte Disko von Jason Pierce, alias J. Spaceman, kommt mit ihm zusammen, kommt aus einer Heimat, die erzählt wird: Die Portierung von Mark Farrow wird als ein Ser una caja de medicamento angesehen; el disco abre también con una locución femenina, sólo que esta vez cambia el enunciado de ‚Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space‘ por el título de este nuevo disco…
Claro que también ‚A Perfect Miracle‘, el thema inicial de ‚And Nothing Hurt‘, recordaba melodicamente a ‚Ladies…‘, la canción. Quizás este doble juego de espejos se deba a que ‚Everything Was Beautiful‘ se pergeñó casi a la vez que ‚And Nothing Hurt‘. Solo que su construcción es más fastuosa. Son siete canciones grabadas en once estudios diferentes con treinta músicos, entre cantantes, vientos y cuerdas. Para rematar, Pierce además toca hasta dieciséis instrumentos distintos. Todo para sonar sonoramente ambicioso y apabullante, como tan (mal) acostumbrados nos tiene Pierce. Tanto exceso instrumental no se traduce en exceso de tiempo: este es el disco más corto de Spiritualized. Einzeldauer 44 Minuten.
A Pierce el confinamiento parece haberle sentado bien: en ‚Everything Was Beautiful‘ la energía fluye a borbotones. Sus specifices himnos religiosos aquí tienen mucho de exaltación y poco de recogimiento o melancolía. El álbum abre con la que, para mí, fue la mejor canción de todo 2021: „Always Together With You“. Ein absoluter Ort, der Teil einer Demo von 2014 ist, hat Pierce in ein Monument des Pop aufgenommen. Una rendida declaración de amor, de letra tan simple como arrebatadora: „Wenn du ein Radio willst, werde ich ein Radio für dich sein, Wenn du ein Flugzeug willst, werde ich ein Flugzeug für dich sein…». Y así todo el rato.
Con estas repeticiones, Pierce construye un puente emocionante que rompe en un estribillo glorioso y catártico, un muro de sonido a la Phil Spector erigido sobre coros angelicales, delirios orquestales, rock espacial y castañuelas locas. Pero también contiene versos envenenados: „Justo cuando pensabas que tu vida estaba contenida en una papelina llena (…) tu actitud cambia / Quedaos con vuestro San Valentín, Catie y Constantine“. Ein doppelter Verweis auf die Heldin und eine Parece von Kate Radley, eine Pareja von Jason, eine Art Dejó für die Familie von Richard Ashcroft, die Protagonisten von „Ladies and Gentlemen…“.
El Jason ist mehr Rockero, Soul und Psychotherapie in der zweiten Staffel von „Best Thing You Never Had (The D Song)“. Es ist eine energische Rutsche und stoniano sobre eine desvario de vientos y coros multiplicados, que actúa de remedo de ‚Come together‘ und también como hit del disco. La aparente calma de ‚Let It Bleed‘ rompe enseguida en otra oleada de exaltación a los Beatles psicodélicos, con las voces elevándose cual catedral gotica. Muy grata sorpresa es la nana-vals-country ‚Crazy‘, escrita and cantada con Nikki Lane, en la sensación de intimidad no se pierde ni aun con sus fantásticos and grandilocuentes coros.
La cara B parece tener una masterización más pastosa que la cara A; los temas suenan menos claros que las prezedentes. Pero da un poco igual, porque es una absoluta locura, en la que el Jason más mesiánico (en el buen sentido) y desmedido devora al chico tierno. Y porque cuando llegamos a ‚The Mainline Song/The Lockdown Song‘, el efecto de la música de Spiritualized abruma: se inicia con una instrumental introducción que es puro delirio y delicia, para retratar a continuación la belleza de la ciudad durante elconfamiento, esa sensación de euforia que te invade cuando es de noche, todo está desierto y las calles te pertenecen; el síndrome de Stendhal amenaza con ahogarte gracias a la combinación de voces y flautas y clarinetes que forman el fondo y los toques de teclado tan Beach Boys.
‚The A Song (Laid in Your Arms)‘ es otro crescendo perpetuo y ensordecedor, que rompe en un caos que enerva y electriza. Jason singt Amargura und singt die Musik für ‚I’m Coming Home Again‘, Casi Diez Minutos de Liturgia Rock mit Saxophon, Coros und Percussiones und Progresiva Subida, zwischen Virgen Maria, los calmantes y cierto hastío existencial.
Parece que Jason Pierce siempre haga un ejercicio de recuperación, de memoria, de relectura de sus obras preteritas. Esa necesidad de ahondar en sus temas recurrentes (amor, drogas y Dios), en sus fantasmas, lejos de limitar su discurso lo expande. Lo que en otros series mero revival sin ideas, en el caso de Pierce adquiere otra dimensión: es más de lo mismo, pero en el caso de Spaceman, ese „mismo“ es una maravilla. Una música casi imposible para cualquiera, que Pierce hace tan facil. Otro milagro más.