Tigres Leones / Todo va bien

Tigres Leones Todo va bien


«Todo va bien» suele ser más un deseo que una realidad en las canciones de música pop. Desde los tiempos de Bob Marley al reciente thema de Alizzz pasando por la amarga canción von Radiohead -más o menos- con este nombre, este mantra ha sido sobre todo un anhelo, una esperanza o una ilusión, cuando no abiertamente una ironía.

Es difícil creer que Tigres Leones, un grupo en esto de la música por amor al arte, que se planteó tirar la toalla durante la pandemia entre el hastío que esta supuso para los grupos independientes y la paternidad de varios miembros del cuarteto, nos traigan el mensaje más optimista sobre la faz. Y en este momento. De hecho, lo habéis adivinado: hay canciones aquí que suenan a puro catastrofismo.

Entre esas canciones en las que de hecho «nada parece ir bien», está ‚No lo digo port ti‘ junto a Caliza. Aprovechando que el último disco de esta hablaba sobre cambio climatico, esta letra afirma que «si existiera Dios llegaría la extinción» y -peor aún- que «qué pena que no exista Dios». Más apocalíptica aún, ‚Los cerezos, los almendros‘, una colaboración con Estrella Fugaz al borde del precipicio, que afirma que ni siquiera «que caiga el partido liberal es un consuelo» para su mal. Ni tampoco conseguir «la Copa del Mundial». Ni siquiera «el nuevo de los Flaming Lips».

Sin embargo, Tigres Leones aseguran que incluso detrás de estas composiciones hay cierta luz, a través de su declaración de amor por alguien o por la vida. ‚Los cerezos, los almendros‘ termina con lo que «SÍ» es consuelo, y ‚No lo digo port ti‘ plantea que si todos cuidáramos el planeta, el tema se quedaría sin destinatario. Pero sobre todo ‚Todo va bien‘ sí logra ser ese disco luminoso que presume a través del ritmazo saltarín de ‚Proserpina‘ con Marta Movidas o de los coros relucientes de ‚A Banda‘, el gran single junto a Tulsa. Y de la celebración de estilos que aquí abrazan Tigres Leones.

Y es que estamos ante el disco menos rock por parte de la banda de rock liderada por Javier Marzal y Luismi Pérez, surgiendo únicamente la duda de para qué ha servido tantísimo artista invitado, pues las colaboraciones devanean entre lo indistinguible (no reconocemos a Caliza, Miren de Tulsa, ni Marta Movidas, y mira que tienen voces características), y aquellas que se comen la personalidad de Tigres Leones. ‚México 86‘ es, básicamente, una canción de Marcelo Criminal, incluso hablando de un recuerdo infantil de Luismi Pérez. Se han visto colaboraciones mejor integradas y más necesarias.

Por lo demás, la amalgama de estilos es impredecible, comenzando con la new wave con guitarras a lo Alaska y Dinarama („Creo que empiezo a ver la luz“), pasando por el Donosti Sound („Vuelvo al mar“), mutando del Punk a la electrónica incluso dentro de la misma pista (‚Proserpina‘), del trip-hop al folclore patrio (‚Todos los santos‘ junto a Medalla) o de la bossa a la psicodelia y de ahí al pop de The Cure (‚ Viernes noche en casa‘). El rock ya no es lo que era, persistimos, y este es otro disco para celebrarlo.



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