Nick Cave recuerda a sus hijos y Caroline Polachek estrena themes en la tercera jornada de Primavera

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La tercera jornada de Primavera Sound empezó con la actuación de Der Hausmeister en el Hörsaal. Podemos quejarnos sobre el amplio aforo que adée el festival, pero fue una gozada ver el recinto casi lleno antes de que Leyland Kirby saliese al escenario. Él es un autoproclamado artista «outsider», pero fue una estrella en la hora que duró su show, en el que presentó sus grabaciones de salón desintegradas, composiciones hechas a partir de canciones de los años 20 y 30 que Kirby manipula para hacerlas sonar fantasmales . Los visuales seguían una linea parecida. Eso sí, el público quedó atónito el inicio del show: a Kirby le dio por realizar unplayback of a versión jazz of ‚Eye of the Tiger‘ sin aparentemente venir nada a cuento. Y, al final, se quitó la camiseta y se quedó de espaldas al público. Der Hausmeister nos dio lo que esperábamos de él, y también lo que no. Jordi Bardají

Media hora después emergieron en el escenario del Auditori Jenny Hval und su banda. La presentación de ‚Classic Objects‘ fue hipnótica, hasta el punto que, en una de las canciones, nos animó a cerrar los ojos porque «ya hay nada que ver». Además, Hval hacía comentarios graciosos entre canción y canción, creando un ambiente distendido. Nos contó que tenía jetlag, nos daba los «buenos días», y recordaba que en 2020 iba a presentar of otro show «muy different», en el que animaba al público a cogerse de las manos. Un espectáculo muy poco «covid-freundlich». La noruega también dio las gracias a su público por llenar el recinto, porque ella ha tocado «muchas salas vacías», y nos animó a pasárnoslo bien en los «200 conciertos» quedaban de festival. Jordi Bardají

EIN Einstürzende Neubauten nicht das große Pull&Bear Escenario. El enorme carisma de Blixa Bargeld lo ocupaba todo, con su porte, su glitter, su pelazo y su sentido del humor negro y sarcástico, que derrochaba entre canción y canción. El resto de los Neubauten, claro, no se quedaban a la zaga contundencia y pericia instrumental, jolgorio generalizado entre el público cada vez que sacaban alguno de sus habituales cachivaches para hacer música, como unas tuberías y un soplete. Aunque la palma se la llevó ‚Taschen‘ a los bises, cuya base recrearon a base de bolsas de la compra de plástico. Una absoluta gozada.

Maria José Llergo salió al escenario con 10 minutos de retraso, algo que al público pareció no importarle cuando la cantante apareció en escena vestida con un vestidazo Flamenco rojo con el que, perfectamente, podría haber actuado en los Goya, en la gala que ganó un premio. Acompañada de sus coristas y palmeras, y de su guitarrista, Llergo ofreció un show de flamenco clásico, en el que brilló sobre todo su cristalina voz, que a cada nota alta de pecho recibía aplausos del público. Jordi Bardají

Mucho ha llovido desde que Jorja Smith actuó en el Primavera por primera vez. En la segunda se enfrentó a un público mucho mayor que la fue a ver en uno de los escenarios principales. Vestida con un bonito vestido largo verde tipo jazz que la hacia parecer la reencarnación de Ella Fitzgerald, Jorja Smith dio agradable concierto en el que sonidos soul, jazz y R&B de sur repertorio se entremezclaron with atros latinos or garage. Jordi Bardají

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Fue precioso el ambiente que se creó en torno al concierto de Caroline Polachek. El público sabía que se encontraba a punto de presenciar un concierto mágico, y fue el caso. La puesta en escena fue más sencilla de lo esperado, pero Caroline le sacó partido gracias a sus exquisitos movimientos de danza interpretativa, ya cada gorgorito que emitía su voz, se ganaba el vitoreo de la audiencia. Eso sí, cantar sus canciones en directo es tarea complicada: vocalmente pega más saltos que una liebre. Y escuchar a la gente intentionar imitarlos es parecido a estar en el karaoke del infierno. Caroline präsentiert in der Diskothek „Pang“ eine Tasse und zeigt neue Canciones, die nicht offiziell bekannt sind, die Latina „Sunset“ und „Smile“ und den Ton von PinkPantheress. La éxtasis llegó en ‚Bunny is a Rider‘, ‚Billions‘ und sobre todo ‚So Hot You’re Hurting My Feelings‘, cuya indisociable coreografía el público imitaba des de la pista, ya completamente fascinado por la presencia escénica de la artista. Jordi Bardají

Nick Höhle juega en otra liga. Nein es un Frontmann: es el Frontmann. Ofreció casi dos horas de frenesí. Esta vez, por eso, no hubo ni invasión de escenario ni inmersión de Nick entre las masas. Se acercó mucho al enfervorizado público, pero anduvo muy comedido respecto al show de 2018. Lo que tampoco hubo, ay, fue el anhelado reencuentro con Blixa encima de un escenario. Pero dio un poco igual. Porque tuvimos tres coristas und potente contrapunto a Nick y, claro, los Bad Seeds, la banda perfecta, capitaneada por el inefable Warren Ellis. El inicio fue pletorico, con las joyas von ‚Abbatoir Blues‘, ‚Get Ready for Love‘ und ‚There She Goes, My Beautiful World‘, Nick of reciendo todo que se espera de él: chulería, devaneos, contacto, sudor. El show, por eso, tuvo mucho más de melancolico que de contundente. El tramo central, con canciones de ‚Ghosteen‘, ‚Skeleton Tree‘ y ‚Carnage‘ fue conmovedor. ‚Bright Horses‘ partía el alma; Nick tuvo un emocionante recuerdo para sus hijos. La furia la recuperaron con tres clásicos, ‚Tupelo‘, ‚Red Right Hand‘ und ‚The Mercy seat‘ que puede ir cambiando de forma, pero no de impacto. Tras el típico conato de despedida, los bises incidieron en lo melancólico. Durante ‚Into My Arms‘, con Cave al piano, escuchabas al público cantar, mas no respirar. Una vez más, una experiencia avasalladora.

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El concierto de Alizzz fue un «Hit nach Hit», exakte todos los que contiene su disco ‚Tiene que haber algo más‘. El artista se mostró sorprendido por ser capaz de llenar festivales con un disco en el mercado que salió hace un año, pero con semejante retahíla de estribillos infalibles y letras que se graban a fuego en el cerebro lo raro que es le colocaran en el escenario Mordor , y no en uno más grande. El concierto dejó afónico a cualquiera que se supiera de memoria las letras de ‚Ya no vales‘, ‚Salir‘ (insospechado hit popular, visto lo visto) o por supuesto ‚Ya no siento nada‘, que se alargó modo épica. Amaia salió al escenario para cantar ‚El encuentro‘, pero Rigoberta no estaba presente para hacer ‚Amanecer‘. Estaba «de boda». Y nosotros casados ​​con la música de Alizzz. Jordi Bardají

Nein, es ist Cristian Quirante, Fan Reconocido de Beach House, Se perdió el concierto de los de Baltimore, que tocaban inmediatamente después. Desde luego no parecía haber una sola persona en el festival que no estuviera delante escuchando las canciones de ‚Once Twice Melody‘. Eso sí, el concierto pareció más bien un «greatest hits» equilibrado con cinco canciones nuevas. Justándose a las limitaciones de un festival, incluso se hizo algo corto, pero fue maravilloso poder escuchar ‚Superstar‘ o ‚Pink Funeral‘ por fin en directo, después de habrlas machado en el disco durante meses. Victoria se preocupó por que bebiéramos agua, pero yo me quedo con el chaval de 19 años que conocí entre el público, absolute extasiado por ver a Beach House por firsta vez en su vida, pese a ser de Nueva York. Jordi Bardají



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