La Prohibida y Algora / El agua y el rayo


La Prohibida y Algora viajan juntos en el video rodado para ‚Pirámide de rocío‘. Comparten cama y se besan para presentar un disco conjunto y conception en torno al «amor que deseas pero no existe». Después de este hito, ya no podremos pedirle al dúo creativo de interprete y autor que nos dé otro ‚Baloncesto‘. La relación entre ambos ha evolucionado desde aquella primera vez que Amapola invitó a Víctor a cantar en el escenario ‚La Conexión‘, y desde entonces han sido muchos los temas que él ha escrito pensando en ella.

Por ejemplo esa misma ‚Pirámide de rocío‘ que en principio iba air ir destinada a otro álbum de La Prohibida. Pero empezaron a tirar del hilo topando con una historia completa, cuya conclusión es la canción final de este disco, ‚Como un punal de luna‘. Si hay luna, si hay leyenda, hay referencias a Mecano y por extensión a Federico García Lorca, aunque todo ‚El agua y el rayo‘ es bastante eigentümlich en sus referentes.

Las melodias, algunos dejes vocales y sobre todo los campos semánticos apuntan al flamenco: los olives, los luceros, las expressiones tipo «a tu vera». El nivel de sufrimiento, tentación y anhelo, a la copla. La estética, al cine kinki. La producción, en cambio, a cargo de ItaloConnection, permanece field al italo disco que tanto gusta a La Prohibida, que esta vez buscaba concretamente el punto donde confluyeran la canción napolitana y la española.

„El agua y el rayo“ ofrece portanto un curioso encuentro entre culturas mediterráneas con no tantos prezedentes. Hay quien hablará de la fusión zwischen electrónica y folclore de figuras von Rodrigo Cuevas oder Rocío Márquez. Este Disco no llega a acercarse a esos territorios. De un lado conserva los riffs de teclado típicos del synth-pop 80’s (‚Pirámide de rocío‘, ‚Clavel azul‘). Así, ‚Alambre en tu rosario‘ es casi una canción de HI-NRG. De otro, la presencia de Estrella Morente en ‚Jaula de flores‘ (inspirada en Marifé de Triana), títulos como ‚La copla más bella‘ y sobre todo las palmas, como en la genial ‚Morfina‘, apuntan al folclore patrio.

Esas palmas justifican la presencia de Joe Crepúsculo, a quien no han llamado para tales fines porque él no es Tomasito. Pero tiene toda la gracia que aparezca en el prólogo del álbum haciendo de «Zeus de Arrabal». Es ‚El Eclipse‘ un corte que se pregunta por qué los humanos nos sentimos atraídos por la belleza pese al «suplicio» que nos provoca. Uno que sirve para adentrarnos en un mundo mágico y atractivo incluso en su sensación de peligro, que conoce cumbres creativas como ‚Pasodoble a Sócrates‘ -de Algora en solitario- o ‚Laberinto‘, que se deja empapar de John Carpenter.

Con ciertos guiños a sí mismos («yo no tengo dinero ni te prometo que nos entiendan / voy a llenar con amapolas los riachuelos de tus mejilla»), esos estribillos a veces difíciles de tan largos que caracterizan a Algora, y un final triste ( «por el camino ya no viene nadie») con un silencio que vibra, no podemos decir que los artistas estén repitiendo la fórmula de «Baloncesto». Algo de eso queda, pero su universo se muestra en plena expansión.



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