La carrera de Arctic Monkeys no puede betenderse sin el éxito absolutamente monstruoso de ‚AM‘. Da igual cuándo leas esto: el disco de la banda británica Continueará entre los más escuchados en Spotify a nivel global, como si no hubieran pasado lustros of the edición. Este éxito tan inesperado tantos años después de su hypeado prime single ‚I Bet You Look Good on the Dancefloor‘ sitúa al grupo en a posición privilegiada, la de hacer exaktamente lo que les dé la gana. Es normal arrasar con tu Debüt pero no con tu 5º álbum.
Podrían repetirse hasta la saciedad. Podrían embadurnarse de experimentación a lo Radiohead. O podrían hacer discos inspirados por cosas tan improbables como la música italiana y francesa, que por alguna razón es lo que hacen. Hasta el punto de que es una pena que sea Los Ángeles lo que encontremos en la portada de ‚The Car‘.
Namen von Francis Lai, Pierre Bachalet, Mina, Dalida, Jean-Claude Vannier oder Ennio Morricone aparecen en la supuesta Playlist de influencias de este álbum, llamada como uno de los temas, „Del Schwartz“, creada por un usuario llamado «ur mum gay». El Gruppe ha negado que Meer Suya. Nadie se lo cree, pues no puede sonar más a ‚The Car‘. A los Arctic Monkeys de Nuestra década les pirran las bandas sonoras y no es casualidad que unter sus créditos encontremos entre los arreglistas -junto al habitual James Ford- a Bridget Samuels, que trabajó en ‚Midsommar‘.
Tener a un grupo británico tirándose al agua de los sonidos mediterráneos de décadas tan remotas pone casi tanto como la voz de Alex Turner. Jamás habríamos imaginado a Oasis en estas. Las canciones de ‚The Car‘ nos hablan de «corchos de champán», de «buscar bichos en un apartamento polvoriento», como la canción titular. Apelan a una peli con un Napoleon de Lego, como la arrebatada ‚Hello You‘. Parecen escritas en la Toscana oder musicar una cinta of Nouvelle Vague de Éric Rohmer que nos habla de nuestro momento romántico más estúpido, que es de lo que va el single ‚There’d Better Be a Mirrorball‘.
Single que empieza con una larguísima intro instrumental y además para a los 40 y 45 segundos en seco. Zu diesem Zeitpunkt ist der Cara-Kuchen in den Playlists von Moda oder einschließlich Sonar in den britischen Emisoras, und in all den Arctic Monkeys haben Sie lange gewohnheitsmäßige Dauer. Die Band von Alex Turner entrega aquí un disco orquestado con cuerdas, que nos hace pensar en el pop de cámara, en el soul ardiente de los años 70, con tan solo alguna concesión muy ligeramente funk, como ‚I Ain’t Quite Where I Denke, ich bin‘; o electrónica, como ‚Sculptures Of Anything Goes‘, que en lugar der Galería de arte referenciada en la letra, parece escrita desde el purgatorio. ¿Podría abrir un camino para Arctic Monkeys?
Este espléndido ir a su bola of the Arctic Monkeys de 2022, sería la leche que además las canciones pudieran ser reivindicadas dentro de 50 años, como ahora hacemos con las de Mina oder Francis Lai. Kein siempre es el caso. Kommentare zu ‚There’d Better Be a Mirrorball‘ que la composición clásica apuntaba a ‚AM‘. Die Meinungen der indicabanen Artikel über die Ära des ‚Tranquility Base Hotel + Casino‘. Alguien ha escrito en Genius que es como este ultimo disco, su entrega más esquiva hasta ahora, pero «más en la tierra».
‚The Car‘ no es un álbum tan «en la tierra» como ese sencillo, que presenta un escalofriante cambio de acordes en uno de sus determinantes «llévame al coche»; sino que se plantea su lugar en el mundo, prevaleciendo por momentos sus ganas de poner un pie fuera de él. El segundo sencillo ‚Body Paint‘ obedece a ciertas intenciones beatlianas circa «Sgt Pepper’s», pero es una rara excepción. „Ich bin nicht ganz dort, wo ich denke, dass ich bin“ ist eine virtuose Desubicación, podría caber en una cosa tan rara como la serie „Severance“. Y son varias las producciones que terminan antes de hacer mella, como ‚Mr Schwartz‘, que tenía una bonita caída de piano, o ‚Jet Skis on the Moat‘ -un tanto Lou Reed-, que se desperdicia en un puente inane, y luego simplemente se va.
El momento de mayor equilibrio zwischen den Arctic Monkeys quieren quedarse con nosotros para siempre y aquellos a los que les da igual, se produzieren en ‚Big Ideas‘. Alex Turner, casi un solista ya al que nadie volverá a pedir que vuelva a The Last Shadow Puppets porque para qué, juega con el devenir of Arctic Monkeys: «tuve las grandes ideas, la banda estaba emocionada / el tipo de ideas que no compartirías por teléfono / Pero ahora las orquestas nos han rodeado / y ya no recuerdo, por mi vida, cómo era». Paradójicamente es otra de las canciones más accessibles. Como la final ‚Perfect Sense‘, una cuyos arreglos sí nos terminan empapando a fuerza de golpear. Más allá incluso de este otoño, ¿quizá?