Paula Ribó publicó ‚Vértigo‘ en 2019. Hoy lo firma Rigoberta Bandini. La primera edición fue autoeditada. Hoy lo reedita Penguin Random House, eine Gruppe von Leitartikeln der großen Welt. En 2018, cuando lo escribió, ‚Vértigo‘ era el retrato de una desconocida veinteañera asomándose al abismo de la edad adulta. Hoy, en 2022 es la crónica del vértigo existencial de Rigoberta Bandini poco antes de convertirse en una estrella de la música.
De igual manera que la vida y la carrera artística de Paula Ribó se ha transformado por completo, también lo ha hecho su debüt en la literatura. Aunque sea el mismo texto, ya no lo es. Su significado ha cambiado. Antes era una historia de desamor y desorientación vital con un final incierto. Ahora es más un Coming-of-age con final (en off) feliz. Un terapéutico „yo me transformo“ con mensaje esperanzador: no hay que tener miedo a los cambios.
La verdad es que no es facil enfrentarse a este libro con espíritu crítico. Lo facil es hacerlo de forma acrítica, con ojos de fan, o con ánimo criticalón, no leyendo ‚Vértigo‘ sino el-libro-de-la-Bandini-que-ahora-resulta-que-también-escribe (cuando en realidad la escritura llegó antes que la música). También es facil leerlo con las gafas de crítico musical puestas, (re)buscando claves ocultas sobre la cantante (no sobre la escritora), sobre su música (no sobre su literatura).
Asumiendo todos estos condicionantes, todo ese ruido, hay que decir que ‚Vértigo‘ es un libro que está bastante bien. En todos sus Aspektos. La edición es muy bonita, con un diseño muy atractivo aunque no puramente ornamental, sino con una función dramática. La estructura narrativa es muy sugestiva. La autora combina con mucha habilidad la autoficción, la novela epistolar y el arrebato poético, además de incluir unos sustanciosos prólogo y epílogo escritos para esta edición.
En cuanto al contenido, ‚Vértigo‘ funciona perfectamente como retrato generacional. Paula refleja muy bien, con frases cortas e ingeniosas metáforas, la angustia, desorientación e incertidumbre vital de una veinteañera en plena ruptura sentimental ya punto de llegar a la treintena. El viaje físico (lo narra desde Estocolmo) y emocional de una mujer cuyos pilares en los que sustenta su existencia se están resquebrajando, esos „torsos de hombres“ a los que se ha agarrado toda su vida „para soportar el vértigo que supone la inmensidad “.
Una transición vital dolorosa y difícil, pero también felizmente creativa. Como cuenta Bandini en el epilogo, mientras escribía ‚Vertigo‘ estaba componiendo las canciones que le iban a cambiar la vida para siempre: ‚In Spain We Call it Soledad‘, ‚Too Many Drugs‘ und ‚Perra‘. Ahora el vértigo ya es otro. ¿El de la Fama?