Los dos bloques de apartamentos de lujo por alzar sobre los terrenos de la última masía virgen de Sarrià, en Barcelona, contarán con menos pisos de los previstos. El distrito de Sarrià-Sant Gervasi ha aprobado la petición de la inmobiliaria Corp para rebajar las 53 viviendas planificadas en el jardín de Can Raventós a 49. A su vez, también se redistribuye el número de plazas del garaje –se incrementan para coches y para bicicletas, disminuyen para motos-, sube la cantidad de trasteros de tres a siete, se introducen retoques en forjados y fachadas y se divide la construcción en tres fases. El proyecto despierta rechazo en el movimiento vecinal del barrio y pende del contencioso interpuesto por la plataforma Defensem Can Raventós, visto para sentencia. La organización piensa que los cambios en el permiso de obras se han despachado de forma indebida por la vía rápida.
Los trabajos para levantar ambos edificios de viviendas catalogadas de ‘ecoluxury’ llevan casi cinco meses paradas. El Ayuntamiento de Barcelona las detuvo en octubre pasado. Por entonces, el servicio municipal de arqueología reclamó que los promotores controlaran posibles hallazgos de vestigios en el jardín, adyacente a una casona protegida del siglo XIX. La petición ya se resolvió con un plan de intervenciones al respecto; aun así, los trabajos no se han reanudado todavía.
El consistorio explicó que la demora se debía a que la promotora planteó incorporar cambios en el permiso de obras. Corp presentó la petición en diciembre pasado y el distrito de Sarrià-Sant Gervasi refrendó la solicitud en enero, al apreciar que afectan a menos del 50% de la edificación. “El Ayuntamiento admitió estas modificaciones al considerarse no sustanciales”, expresa el distrito, que añade que “está previsto levantar la suspensión de las obras en breve”. En todo caso, la reanudación de los trabajos permanece estancada desde hace ya algunas semanas.
Defensem Can Raventós cuestiona la rapidez con que el proyecto se ha revisado. Rebate que se trate de arreglos menores y cree que debería haberse estudiado si era pertinente una licencia nueva, lo que hubiese supuesto un procedimiento más lento. La entidad ha apelado en contra de que los reajustes se hayan aceptado. Juzga que no repara la tala de árboles que se acometió el verano pasado, con el inicio de las tareas preliminares a la construcción.
Un piso menos por planta
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Las demandas de Corp concentran la reducción del número de apartamentos en el mismo bloque de tres plantas, con entrada en la calle Bonaplata. Allí se baja de 19 viviendas planificadas a 15. Se pierde un piso por planta, incluido el bajo. Se deja intacto el otro inmueble, con acceso desde la calle Fontcoberta.
En el sótano, las plazas de aparcamiento para coches suben de 51 a 58 y las de bicicletas, de 54 a 76. En cambio, las reservadas para motocicletas caen de 52 a 11. Aparte, se modifica la forma y la posición de la rampa que une ambas plazas subterráneas.
Asimismo, se rediseña el acceso al bajo del edificio de Bonaplata: no será a través de un jardín interior, sino desde la calle. Dos viviendas a pie de acera se fusionan en un único domicilio. Por otro lado, se delimita que la construcción del bloque de Bonaplata y los sótanos comiencen en enero de 2024 (fecha ya incumplida por la persistente parálisis de las obras); la del edificio de Fontcoberta debe empezar el próximo julio, y la remodelación de la finca de Can Raventós, en enero de 2025. Corp no ha respondido por ahora a las preguntas de EL PERIÓDICO.
Aprobado en medio de la Navidad
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Por su parte, Defensem Can Raventós manifiesta en sus alegaciones que “llama la atención la celeridad” con que la propuesta de la inmobiliaria ha sido aceptada. Según la plataforma, se otorgó el visto bueno en apenas dos semanas, con la Navidad entre medio.
La organización reprocha que las modificaciones se aprobasen mientras “está pendiente la resolución del contencioso-administrativo”, a la expectativa desde hace un año del fallo del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. Además, sostiene que “ninguna de las modificaciones presentadas plantea enmendar ni resolver las irregularidades técnicas” que afirman que el plan urbanístico contiene.
Entre ellas, mencionan que no se respeta la distancia de 10 metros entre las viviendas por levantar y la masía. Estarán separados por unos cuatro metros. También advierten de supuestas infracciones de la normativa en lo que se refiere a las alturas de los edificios y la profundidad a la que se cavará, hasta unos 20 metros bajo el suelo.
Para la plataforma, las variaciones al proyecto no conllevan “de ninguna manera” una mejora para el jardín de Can Raventós. Sostiene que los sótanos “agotan la superficie de suelo” y que el techo de la planta subterránea se sitúa a una cota inadecuada para que arraiguen la vegetación y los árboles. “No se puede admitir que, en una crisis climática como la que nos afecta, no se plantee resarcir los daños derivados de la tala de más de 20 árboles y de los supervivientes, que sufrirán gravemente por la construcción de sótanos de aparcamiento”, predice.
Permuta enquistada
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A la espera de sentencia, Defensem Can Raventós ruega al Ayuntamiento que se comprometa a no recurrir el fallo en caso de que anule el plan urbanístico. De suceder así, el consistorio podría tener que enfrentarse a indemnizar a los promotores. El colectivo vecinal insiste al gobierno municipal que sondee una permuta de terrenos para trasladar la edificabilidad concedida en la parcela de la masía a otros terrenos de la ciudad y preserve el jardín.
El consistorio recuerda que trató de alcanzar un acuerdo con Corp para intercambiar solares en 2023. “No obstante, la propiedad comunicó que no tenía interés en hacer una permuta con las alternativas propuestas y ha tirado adelante con las obras”, señala. Corp comercializa los domicilios aún por edificar desde hace meses. En su web, se ofertan 12 apartamentos de 64 a 107 metros cuadrados, por precios que fluctúan entre 842.000 y 2,1 millones de euros.